Son más las veces en que el emprendedor cae. Sin embargo, con una obstinación a prueba de todo, resurge y continúa. Una y otra vez lo intenta hasta llegar a la meta. Y ahí sí, el éxito es la consecuencia natural.
Soichiro Honda, pasó «la de Caín», antes de alcanzar sus objetivos; hambruna, guerra, terremoto, pobreza extrema, entre otros obstáculos. Pese a todo jamás bajó sus brazos, no renunció a sus sueños y tomando con firmeza las riendas de su destino logró que sus motos y vehículos sean sinónimo de innovación y confiabilidad. Años antes de morir, Honda fue a dar una charla a la Universidad Tecnológica de Michigan y frente a un ávido auditorio dijo:
«Muchos sueñan con el éxito. Para mí, el éxito se alcanza solamente mediante el fracaso repetido y la introspección. En realidad, el éxito representa aquel 1% del trabajo de uno que se produce solamente con el 99% que se llama fracaso».
Este es el rasgo que distingue a la raza emprendedora, la sangre que fluye en sus venas y la química que curte su piel.
No bajes jamás tus brazos. Que tu vida sea un emprendimiento constante.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
mberenstein@emprendedoresnews.com