#EDITORIAL: El flagelo de los emprendedores Pinocho

Llevo más de 10 años al frente de Emprendedores.News, surgimos cuando el 90% de la gente no conocía el verbo «emprender», no se hablaba de «ecosistema». Tiempo en que las personas no eran emprendedoras sino «cuentapropistas o «autónomos». Donde el que abría un negocio tras otro era un optimista o un boludo sin suerte en el peor de los casos, pero nunca un «emprendedor serial».  Capital de riesgo tenia más que ver con el tráfico alocado de la ciudad que con inversiones, las incubadoras eran para los bebés prematuros y aceleradora tenían únicamente los autos.

En esta década vi surgir,  fui  y me siento protagonista del auge emprendedor, desde mi pasión y rol de comunicador. Y en el tiempo transcurrido aprendí a ejercitar el olfato y visión para poder reconocer el trigo y confundirlo con paja. Es que en el ecosistema emprendedor argentino (que es el que más conozco), abundan los exagerados.

Caminás por los pasillos de un Endeavor Experience, de la Red Innova, de un demo day de NXTP o Wayra, un Startup Weekend o cualquier otro evento emprendedor y cada metro y medio te cruzás con un Jobs, un Gates, tres Zuckerberg, cinco Musk, una Mary Kay, cinco Anita Roddick, etc. Tanto se exagera que a veces creo que existe la «Academia Andy Freire» y no me enteré ni de su existencia ni de su primera camada de egresados.

Hablando más seriamente, creo que los emprendedores pecan por confundir estar enamorados de su proyecto con amor ciego. Esta clase de amor ciega y aleja de la realidad; cierra los oídos a los buenos consejos y abre las puertas al abismo.

La humildad y la modestia al iniciar un emprendimiento no son los enemigos de la autoestima y la ambición sino sus aliados.  Y, si el inicio va acompañado de la búsqueda de inversión, hay que evitar por todos los medios las exageraciones desproporcionadas. El inversor, más que nadie, tiene el olfato y la visión entrenada para reconocer a los emprendedores Pinocho.

Para finalizar, compartimos esta lista del BBVA Bancomer con lo que denominan «exceso de fantasía» que pueden espantar a quienes pondrán el capital en las empresas:

1. Mi idea es la mejor: El empresario está totalmente convencido de esto, pero no hay que dejarse influenciar de todo por la familia, amigos y colegas.

2. No hay competencia: Es un nuevo descubrimiento, el empresario confiesa que descubrió el hilo negro del mercado.

3. La competencia es mala: Las compañías similares no pueden alcanzar la calidad y eficiencia que el emprendedor realiza.

4. Soy un experto: No es necesario creerse el Albert Einstein del tema. Creer que es experto y nadie sabe más que el empresario resulta falso.

5. El talento espera: Dirá que la gente está rogando por un empleo, cuando en realidad le falta gente en los puestos claves de la empresa.

6. Los clientes vendrán: La realidad tarda en llegar y los empresarios creen que los clientes se enamorarán del concepto en tres segundos.

7. Proyecciones: Lo que consideran que sucederá no coincide con los números.

8. Decide rápido: Hay otros inversionistas en puerta, no se necesita pensar porque en cualquier momento llega la oferta indicada.

Con honestidad podes tardar más pero llegás lejos. 

Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.

Marcelo Berenstein

mberenstein@emprendedoresnews.com

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