Martín Palermo, el gran emprendedor

¿Cuántos emprendedores fracasaron antes de alcanzar el éxito? TODOS. Palermo tuvo innumerables traspiés antes de convertirse en el “Súper Titán”

“¿Estás loco, como vas invertir todo tu dinero en tu idea?”. “Sos un inconsciente, ¿Cómo vas a dejar tu trabajo y renunciar a un sueldo seguro para comenzar desde cero y por tu cuenta?”. “Eso no es para vos, no vas a poder”… Seguramente estas frases y algunas similares deben ser de las más escuchadas por la mayoría de los emprendedores cuando empiezan a sacar sus sueños fuera de su cabeza y corazón intentando hacerlos realidad. Algo así, le debe haber pasado al máximo ídolo moderno de Boca Juniors, Martín Palermo, un ejemplo de E-M-P-R-E-N-D-E-D-O-R.

“Burro”, “Animal”, “Ponete las piernas”… cuantos de estos gritos habrá escuchado Palermo en sus primeros tiempos en Boca Juniors, hace 14 años. Cuantos de los que el domingo pasado lo despidieron con lágrimas honestas de agradecimiento y devoción, lo habrán insultado con fuerza en sus inicios xeneizes.  El propio Carlos Bianchi reveló que al asumir en Boca, muchos le sugirieron que lo deje ir a otro club porque no era técnicamente dotado. Como cualquiera de nosotros al iniciar un emprendimiento, Palermo tuvo más voces críticas que apoyos. Como cualquiera de nosotros, pudo haber bajado los brazos, pensar que los otros tenían razón y dejar las riendas de su destino en manos de otros. Pero Palermo tiene la autoestima de un entrepreneur de raza y se convirtió en el “Optimista del gol” (Carlos Bianchi, dixit).

¿Cuántos emprendedores fracasaron antes de alcanzar el éxito? TODOS. Palermo tuvo innumerables traspiés antes de convertirse en el “Súper Titán”.

Veamos algunos de estos tropiezos:

Creo que, por al menos uno de estos vaivenes, más un futbolista hubiera dejado la carrera o no hubiese regresado al mismo nivel que antes de lesionarse. Ni hablar de un goleador que desperdicie tres penales en un mismo partido. Para un emprendedor, la presión fiscal, las dificultades para acceder al capital, desconocer el mercado o no poder conformar un buen teamwork pueden ser sus ligamentos rotos o sus penales pifiados. Por cada Martín Palermo, quedan cientos de probables goleadores en el camino; del mismo modo ¿Cuántos emprendedores podrían ser un Gates, Jobs, Slim y se quedan en el camino sin siquiera intentar superar las dificultades?

El fracaso (no el fraude ni la trampa), en las sociedades emprendedoras, es bien visto. Es señal de un espíritu de superación, que puede aprender de la caída y computarla como un resorte que permitirá elevarse aún más alto. Palermo da fe de esto.

En el 2009, Martín Palermo volvió al seleccionado nacional. El mismo jugador que diez años antes fue motivo de las burlas de todo el mundo futbolero regresó más Titán que nunca y fue el héroe de la agónica victoria ante Perú, bajo un diluvio y en tiempo de descuento, permitiendo que la Argentina pueda clasificar al Mundial.

El mismo goleador que entró en el Guiness por pifiar tres penales, volvió al libro de los récords por su gol contra Grecia en el Mundial del 2010 en Sudáfrica. Palermo es el debutante más veterano en convertir un gol en una copa del mundo.

Martín Palermo también estampó su nombre en el Guiness al convertir el gol de cabeza desde mayor distancia en el mundo: 38,9 metros frente a Vélez (su gol 200). También es el goleador récord de los torneos cortos en la Argentina, con 20 tantos.

Quien puede olvidar su regreso tras la primera rotura de ligamentos cruzados, en aquel partido épico por la Copa Libertadores, nada menos que frente a River Plate. Ese tercer gol en tiempo de descuento catapultó a Boca a la semifinal de la copa.

Es el mismo Palermo que festeja cada gol besándose el nombre tatuado de su hijo que sólo vivió seis meses y medio en el vientre de su madre…

Tuvo más situaciones difíciles que la mayoría de los jugadores y obtuvo un reconocimiento reservado sólo para un puñado. Su último partido en La Bombonera, el pasado domingo 12 de junio, fue la despedida más emocionante que pudo tener un futbolista profesional y sus lágrimas contagiaron y emocionaron a los hinchas del fútbol sin camiseta. Se retira un goleador de lujo, queda el recuerdo de un gran profesional, un apasionado por su vocación, un tipo con mentalidad positiva, un verdadero forjador de gloria, en suma: un E-M-P-R-E-N-D-E-D-O-R de sí mismo.

Martín querido, como hincha de Boca Juniors siempre te voy a extrañar, como emprendedor me seguirás inspirando…

Marcelo Berenstein
emprendedores@emprendedoresnews.com

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