Es indudable que el sector Fintech está cambiando la forma en que entendemos el sector financiero. Los servicios financieros están experimentando profundas transformaciones de la mano de la tecnología más vanguardista cuyas innovaciones y las de modelos de negocio están llamadas a jugar un papel clave en la transformación del sector tal y como lo conocíamos hasta ahora.
Se trata de un fenómeno global, que afecta a países de todo el mundo. Londres, San Francisco y Nueva York son los grandes hubs de emprendimiento tecnológico Fintech a nivel mundial, de donde han surgido empresas financieras online de gran éxito como TransferWise, Square o Betterment.
Es un sector que está viviendo un buen momento y que se ve reflejado en que el capital destinado a las compañías del sector tuvo un aumento del 75% en 2015, es decir 9.600 millones de dólares, alcanzando un total de 22.300 millones de dólares, según la consultora Accenture, cinco veces más que en 2013. Aunque Estados Unidos concentró la mayor parte de esos fondos, Europa se posicionó como la región con mayor índice de crecimiento, con un aumento de un 10% entre 2014 y 2015. En el caso de la inversión en la región de Latinoamérica Fintech se posicionó como el sector número uno para las inversiones de capital de riesgo en tecnología en 2015 alcanzando los 143 millones de dólares y ocupando el segundo lugar, por detrás de comercio electrónico, en el número de transacciones con 21 inversiones el año pasado según datos de LAVCA.
Una muestra más de que América Latina es una región con un gran potencial, pues en los últimos tres años hemos visto una evolución del sector, que incluso cuando en comparación con otras zonas geográficas está más retrasado en la aplicación de tecnologías innovadoras, las startups Fintech demuestran que tienen grandes oportunidades al brindar soluciones tecnológicas innovadoras y centradas en los problemas reales de la región que los servicios financieros tradicionales no han conseguido ofrecer hasta el momento, permitiendo además la creación de empresas escalables a nivel internacional.
En este sentido, las startups Fintech mexicanas y latinoamericanas le están tomando la delantera en la innovación al sector tradicional. Ejemplos como Clip, Conekta, Prestadero, Kueski, Konfío, Kubo.financiero, Nubank, ComparaOnline o Afluenta son claros exponentes de esta tendencia de innovación acelerada, que está empezando a crear cambios en la balanza de poder de la industria. Las instituciones financieras deben ponerse las pilas y empezar a innovar de verdad, si no quieren perder este tren.
México, junto con Brasil, Colombia, Argentina y Chile, cuentan con un ecosistema emprendedor mucho más desarrollado en comparación con otros países latinoamericanos. Este desarrollo viene de la mano de agentes potenciadores del emprendimiento como son fondos de capital riesgo, aceleradoras e incubadoras y asociaciones que realizan actividades enfocadas a la promoción del emprendimiento Fintech en la región. Estos actores crean el ecosistema óptimo otorgando a las startups el impulso necesario para su crecimiento a través de financiación, mentorización y soporte técnico y legal, además de empujar a las instituciones financieras a adoptar modelos más innovadores capaces de transformar la economía del país. Los resultados actuales son sólo la base de un ecosistema cuyo potencial real será evidente en algunos años.
Y esto es lo que conocemos como Hiper Velocidad de la Innovación, un sector tan rápido y dinámico que requiere de un mapa y diferentes radares para no perder de vista toda la actividad que se genera. Es justamente por ello que surge FINNOSUMMIT, que celebraremos el próximo 20 de septiembre en Ciudad de México, como el escenario idóneo para analizar este ecosistema de forma integral.
Fintech Vs. Empresas Tradicionales de Servicios Financieros: ¿Amenaza u Oportunidad?
El sector financiero se enfrenta a grandes desafíos. Uno de ellos es adaptarse a la revolución digital donde las startups Fintech se han posicionado como las principales propulsoras del cambio, obligando a los actores más tradicionales a evolucionar al mismo ritmo.
Estos nuevos jugadores hacen uso de la tecnología digital de una forma más eficiente, además tienen una mayor cercanía y entendimiento de las necesidades de los mercados en los que actúan al ser el foco de sus negocios, y una mayor eficiencia en la gestión de los proyectos en comparación con las instituciones financieras tradicionales. Todo ello, ha permitido la democratización de la innovación de la industria financiera haciéndola más inclusiva para toda la población.
La proliferación de este tipo de startups alrededor del mundo y la fuerza con la que irrumpen en la industria financiera las han convertido en una aparente amenaza para la entidades financieras tradicionales que ven en peligro seguir ocupando su posición exclusiva y dominante en el mercado. No obstante, las startups Fintech además de ser las creadoras de nuevas tecnologías, están mostrando al sector tradicional nuevas oportunidades y modelos de negocio, a menor costo y con mayor velocidad, elementos que las empresas de servicios financieros deben tomar en cuenta y analizar.
A nivel global, las entidades financieras tradicionales todavía no están explotando suficientemente las palancas que ofrece las herramientas digitales para innovar en la oferta de productos y servicios financieros. Son pequeñas empresas de alto potencial de crecimiento las que están aprovechando dicha innovación para ofrecer servicios financieros digitales, mediante nuevos modelos de negocio disruptivos, a un costo mucho más competitivo (5 a 10 veces inferior) y con mayor valor añadido. En México y en Latinoamérica, la necesidad de innovar es aún mayor que en mercados como Estados Unidos o Europa, dado que existe además un segmento importante de la población que no tiene acceso a los servicios financieros tradicionales, representado por más de más de 250 millones de adultos que todavía se encuentran al margen del sistema financiero formal en la región.
La banca tradicional se está viendo obligada a adaptarse para conseguir subirse a la ola de innovación tecnológica y diversas empresas, lejos de ver a las startups como competidoras, han decidido cooperar con ellas. Desde nuestro punto de vista es necesario que ambos actores caminen juntos, porque aquellos bancos que sean incapaces de innovar y de transformar sus modelos de negocio a un entorno mucho más digitalizado acabarán desapareciendo.
Un claro ejemplo de la convergencia entre ambos sectores lo podremos observar a través de la BBVA Open Talent 2016 – la competencia de startups que busca a las empresas Fintech más disruptivas del momento alrededor del mundo – y que celebrará su final regional para Latinoamérica dentro del marco de FINNOSUMMIT.
Innovación abierta y colaborativa
Las instituciones financieras están muchas veces inmersas en rutinas internas que inhiben la innovación. Así, existen dos estrategias en las entidades para hacer innovación: optar por la innovación abierta en colaboración con startups, o contemplar la innovación como un recurso interno sin necesidad de vincularse con dichas startups del sector Fintech.
Desde Finnovista creemos que la Innovación Colaborativa es la forma más eficiente de innovación para el mundo financiero. Está demostrado que la innovación interna como única forma de innovación no es lo suficientemente rápida para ir en línea con las necesidades del mercado y los avances de la tecnología. La mejor forma de innovación para las entidades financieras es la combinación de procesos de innovación interna con externa.
La clave en este sentido es encontrar la fórmula de innovación abierta que más se adapte a cada una de las entidades en función de su filosofía y su predisposición al cambio. Programas como los hackathons, las conferencias como FINNOSUMMIT, las competencias de startups, las aceleradoras o los corporate VCs son distintas soluciones de Innovación Colaborativa entre las que las entidades financieras pueden elegir.
La dificultad, sin embargo radica en elegir la estructura que dirija a la organización hacia el cambio y la obligue a moverse fuera de su zona de confort. El verdadero desafío es que las instituciones financieras aprendan y sean capaces de hacer cambios culturales y organizativos que fomenten la innovación, la experimentación y la colaboración con startups de su entorno. BBVA, Gentera o Silicon Valley Bank son un claro ejemplo del éxito de este tipo de innovación abierta y sus respectivos análisis y modelos podrán ser estudiados en FINNOSUMMIT, donde se profundizará en cómo la colaboración de las entidades tradicionales con otras organizaciones públicas y privadas, competidores, emprendedores, clientes o inversores debe convertirse en uno de sus pilares principales dentro de su estrategia digital para lograr sobrevivir a los nuevos tiempos.