Emprender es siempre un desafío, un riesgo y una aventura, como la vida misma. La única forma de salir airosos de este desafío es hacerlo con felicidad.
Todos nacemos con la posibilidad de emprender. Sólo es cuestión de reconocer y asumir nuestras virtudes y falencias para actuar dentro las posibilidades múltiples que nos da conocer nuestro potencial.
Hoy en día, quien quiera iniciar un emprendimiento cuenta con una multiplicidad de herramientas, casas de estudios, literatura, estadísticas, materiales, gurúes, publicaciones, consultores, etc., sin embargo lo más importante no lo encuentra en ningún otro lado que no sea su propio interior.
La actitud firme, el carácter perseverante, el coraje para levantarse las veces que sean necesarias, sin importar cuantas veces se haya caído, la paciencia para sembrar y la sabiduría para cosechar, no se adquieren en ningún lado pues están dentro de nosotros desde el día uno de nuestra vida.
Todos nacemos potenciales emprendedores: sociales, comerciales, empresarios, religiosos, familiares, etc. Cada mañana emprendemos el desafío, el riesgo y la aventura de vivir. Cada noche nos acostamos para juntar fuerzas para seguir emprendiendo.
En un viaje que hice por la India hace más de quince años alguien me enseñó que en esta vida sólo tenemos una única obligación: ser siempre felices. Con esta consigna emprendo cada acto en mi vida. A veces gano, otras pierdo, siempre lo intento.
Tal Ben-Shahar, profesor en el Centro Interdisciplinario de Herzliya (Israel) y más conocido por dictar el curso más concurrido de Harvard en psicología positiva, afirma que conocerse a sí mismo es el secreto de las personas felices.
También sostiene algo en lo que creo y practico desde hace tiempo: No es el éxito lo que lleva a la felicidad sino la felicidad es la llave del éxito. Esto significa abordar la vida desde la perspectiva del bienestar y la alegría, y plantearse preguntas positivas en lugar de partir de interrogantes negativos. “La felicidad está supeditada a un estado mental y no al de una cuenta bancaria”, remarca Ben-Shahar. Uno puede tener una gran fortuna y aun así no ser feliz. “Concéntrese en tener pensamientos positivos que llenen de energía su vida”, recomienda.
Si bien el concepto de felicidad es diferente en cada persona, Ben-Shahar tiene una definición que me parece genial: «La felicidad se genera en la intersección entre el placer y el sentido», y agrega que “Si el trabajo tiene sentido y genera emociones positivas, si uno produce algo significativo, más allá de las típicas preocupaciones que nos pueda provocar, eso da felicidad.”
En definitiva, cada amanecer nos da una nueva oportunidad de emprender desde la felicidad.
Como dije antes practico ser feliz todo el tiempo. A veces me sale bien, otras no pero no dejo de intentarlo. Te aseguro que vale la pena.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
mberenstein@emprendedoresnews.com